Suelo preguntarme porqué la vida me ha cambiado tanto
y ha dejado la que fui, extraviada por ahí, en un espacio olvidado,
ella es mejor que yo, eso lo supe y lo sé, pero el mundo la ha desahuciado
y ahora sólo soy yo, la única responsable de su grito silenciado.
Quizás porqué la quise tanto y la quisieron tan poco
le evité heridas y dolor, a cambio de un corazón roto.
Suelo preguntarme quién soy yo, en realidad, para ahogarla;
quién me dio a mí el poder o la pretensión de creer que podía anularla,
ahora en las noches oigo sus gritos pidiendo la libertad usurpada
y aunque sé que libre es, el temor ante su fuerza no me deja liberarla.
Quizás porqué la quise tanto y la quisieron tan poco
le evité heridas y dolor, a cambio de un corazón roto.
La conozco y sé muy bien que un día podrá vencer a su cruel carcelera;
el amor, su arma letal, gritará su libertad y romperá mis cadenas.
y tal vez tenga razón, pues por no quererla herir le infringí heridas más severas:
luchas, intensas batallas, sangrientas guerras. No pude ser yo, no quise ser ella.
Quizás porqué la quise tanto y la quisieron tan poco
le evité heridas y dolor, a cambio de un corazón roto.
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3 comentaris:
La vida es sugestión y deseo... y a veces parece insensible a los dolores que le evitamos, somos el bálsamo olvidado que siempre consume.
Pero ella nos deja sentir, nunca nos puso limitaciones en eso.
El misterio está en la duración.
Disfrutémosla mientras la tenemos.
Escribir como tú lo haces... drena más vida.
Besiños especiales.
Hola, Amanda. Realmente tu blog es poesía pura. Es curioso y muy interesante como cada uno nos expresamos de una manera, y en tu caso son expresiones cargadas de energía y sensilidad.
Un abrazo.
jamás compensó tener el corazón roto... si acaso romper los ajenos... ¡tampoco!
un abrazo POETISA, con mayúsculas.
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