cuando en la primavera de la vida la luz asoma;
deslumbró ese primer rayo de luz su mirada
y sustituyó sus muñecas por ilusiones rotas.
Pensaba en ti desde la primera letra del alba,
le acompañaba tu nombre mientras el sol lucía;
en el atardecer rojo su corazón aún te aguardaba
y llorando por tu ausencia con la noche se dormía.
Te siguió amando en la madurez temida,
deslucida por los años, desflorada,
respondía a tu guiño cómo el primer día
pero tú, ausente, ni siquiera la mirabas.
Su alba contigo despertaba, todavía,
pero tu nombre casi nunca pronunciaba;
los atardecerees rojos a sus ojos aburrían
y cansada de esperarte, la noche le confortaba.
Lentamente se acercaba el frío invierno de sus días,
deteriorado el cuerpo,el alma marchita y agrietada;
se agotaba ya la leña y el fuego que en ella ardía,
derrotado por el tiempo, se moría, se ahogaba.
Y al final del calendario despertó al primer albor,
la memoria, en su partida, tu nombre de ella alejó;
el atardecer rojo en su oído lo susurró :”Amor”
asomó la última noche y con tu nombre se apagó.
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2 comentaris:
Ay, el primer amor... qué lejos queda ya, recanastos...
Bienvenido a mi espacio y gracias por visitarlo.
Saludos
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