dissabte, 7 de gener del 2012

Necesitaba una abrazo...cálido y tierno...fuerte y protector...mientras miraba aquellos ojos fríos, desafiantes, agresivos...mientras aquella frase se repetía incesantemente en su cabeza, mientras veía su sangre derramada sobre la tierra seca que escribiría su historia. La había convertido en su enemiga en un instante, así de simple, o conmigo o contra mí, víctima de una batalla que ni siquiera era la suya, una batalla de otros que él se apresuró a utilizar  para marcar fronteras, para lucir sus arsenales de guerra, para aplastar a los contrarios aún antes de manifestarse.Tal vez, lo imaginaba...

... ¿Qué hacía ella, allí? Su corazón bombeaba la sangre a su cabeza sin darle tiempo a reaccionar, podía sentir su  boom boom, como timbales resonando en manos de guerreros tribales en mitad de la noche esperando impacientes el amanecer para beber hasta la última gota de sangre de los derrotados.

En un momento fugaz disfrazado de lucidez algo pareció decirle que tal vez no era el momento...pero no,ella lo sabía, el momento era lo de menos, lo preocupante era la fuerza del que se convertiría en su enemigo sin ningún  escrúpulo, su fuerza, su poder, y su mano cruel que amenazaba aplastarla despiadadamente .

Sentada en un banco cualquiera de una plaza cualquiera, podía sentir la brisa fresca de la tarde sobre su rostro abatido, acariciando su piel, mientras se preguntaba, cómo encajaba  una guerra en el respeto a la libertad ajena, y si la paz era motivo suficiente para no arriesgarse a morir.

Recordó su mirada y aquellas palabras...¿Había sido siempre así? o ¿ era ella la que había cambiado?. El caso era que no dejaba de preguntarse ¿qué narices hacía ella allí?...

Necesitaba un abrazo...

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1 comentari:

qui sap si... ha dit...

De bon matí ho va saber,
sense escarafalls
sense mots cridaners,
havia perdut l’ànima
que amb cura havia conreat
des d’aquell instant
en que l’havia conegut.
El cor trencat, els ulls plorosos,
la veu tartamudejant,
tot s’havia acabat.
Abans de marxar,
la premé ben fort
entre els braços tancats,
ella se’l mirava estranyada,
no hi va haver comiat,
dins seu sonava la cançó
que tant havien ballat,
so esbiaixat,
que encara sentia al marxar,
al retruc d’un cor trencat.